2007年9月5日水曜日

Globos de Oro 2006
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Jean-François Paul de Gondi, más conocido como el Cardenal de Retz, fue un político y memorialista francés nacido en Montmirail el 20 de septiembre de 1613 y muerto en París el 24 de agosto de 1679
Sobrino de Jean-François de Gondi, primer arzobispo de París, nació en el seno de una familia perteneciente a la pequeña nobleza florentina que, siguiendo a María de Médicis se instaló en Francia. Tuvo como preceptor a Vicente de Paul y, aunque no tenía la menor vocación ni disposición para ello, fue destinado a la vida eclesiástica. Dotado de un espíritu curioso, realizó sólidos estudios leyendo, en particular, a Cayo Salustio y Plutarco. Su inclinación por las conspiraciones le llevó a escribir, a los dieciocho años, una monografía titulada: La Conjuración del conde Fiesque (1639). En 1644, Luis XIII le nombró coadjutor de su tío. Fue consagrado el 13 de enero de 1644 y recibió el obispado in partibus de Corintia. Enseguida se hizo popular por la elocuencia de sus sermones, su generosidad en lo concerniente a las limosnas, sus amistades con los Grandes, como los Rohan, y sus relaciones con el partido devoto.
Ambicioso – convocó al gobierno de París, detenido por el duque de Montbazon-, deseoso de obtener el capelo cardenalicio y dada su inclinación natural por la intriga, se unió a la Fronda en sus incios. Intentó imponerse como mediador entre la reina y los parlamentarios reunidos en la Cámara de San Luis. Ana de Austria le despidió sin miramientos empujando al coadjutor, impensadamente, a las filas de los Frondistas. Tras el fracaso de la Paz de Saint-Germain, intentó organizar la revuelta nombrando un líder, el Gran Condé, pero éste rehusó dicho nombramiento. Gondi pensó entonces en su hermano menor, el príncipe de Conti, que no tenía más importancia que la de ser un príncipe de sangre real.
Cuando los regimientos de la armada alemana abandonaron a Turenne, que se había decantado por la Fronda en marzo de 1649, Gondi creyó llegado su momento. Negoció rápidamente con la reina un codicilo, reservándose honores y cargos para sí mismo y para sus amigos. Desgraciadamente, Mathieu Molé, presidente del Parlamento de París divulgó el contenido de dicho codicilo haciendo fracasar la popularidad del coadjutor.
Condé adquirió mucho poder tras la derrota de la Fronda parlamentaria, la regente no tuvo más remedio que apoyarse en Gondi y su próspera camarilla. Gracias a su amante Charlotte de Lorraine, hija de la duquesa de Chevreuse, el coadjutor se convirtió en el íntimo consejero de Gastón de Francia, tío del rey. La reina se reunió con él en el claustro de Saint-Honoré. Gondi accedió a las peticiones de la reina abandonando su militancia a cambio del capelo tan ansiado. Los príncipes fueron arrestados el 18 de enero de 1650.
El 25 de noviembre, después de haber llevado a los príncipes a El Havre, lejos de la influencia de Gondi, el Cardenal Mazarino le negó el capelo. Gondi se rebeló implicando a Gastón de Francia. Tras reclamar el cese de Mazarino fue informado de que éste había huido a Saint-Germain donde el rey se encontraba en cama y adónde había ido la reina para cuidarle. Gondi excitó a la muchedumbre que se había concentrado en el Palacio Real para asegurarse de que el rey estaba, efectivamente, en cama. Dos cabecillas le vigilaban. Luis XIV no perdonó jamás, a su coadjutor, esta humillación. El 21 de septiembre de 1651, Gondi obtuvo, por fin, su capelo de manos de Inocencio X, gran adversario de Mazarino. Cuando Mazarino regresó a París, en octubre de 1652, la primera medida que tomó fue la de hacer encarcelar (sin motivo ninguno) al nuevo cardenal de Retz (16 de diciembre), que fue enviado a Vincennes.
El 21 de marzo de 1654, murió su tío, el arzobispo de París. Retz continuaba en prisión pese a las intervenciones de sus amigos y del Papa inclusive. Resz firmó una renuncia tan ofensiva como para ser denunciado a continuación. Encerrado y custodiado en el castillo de Nantes, pudo escapar con la ayuda de una cuerda que había escondido debajo de su capa. Furioso, Mazarino, declaró vacante el arzobispado. Retz huyó a España y después se refugió en Roma, dejando dos vicarios para que administraran la diócesis en su nombre. En 1655, Alejandro VII sucedió a Inocencio X. Mazarino que había aprobado la bula Unigenitus, acusó al Papa de ser un jansenista convencido. Alejandro VII, elegido en parte gracias al apoyo de Retz lo negó reiteradamente.
Durante sus años de exilio, Gondi, tras huir del castillo de Nantes, se refugió en Belle-Ìle-en-Mer lugar que había heredado de su tío-abuelo Albert de Gondi. Con apuros económicos se vio obligado a vender su propiedad, por unas catorce mil libras, al intendente Nicolás Fouquet. Éste terminó lo que Gondi había empezado, ampliar las fortificaciones del palacio.
Retz viajó por Europa interesándose por la política local. Tomó, entonces, partido por los Estuardos. Cuando Mazarino murió en 1661, Retz confiaba en recuperar sus cargos. Había subestimado el rencor de Luis XIV. En 1662, Retz se resignó y renunció a su sede a cambio de la obtención de la abadía de Saint-Denis que rendía un beneficio considerable. Pudo regresar a París en 1668. Continuó intrigando en la política, pero sólo en lo concerniente a París y Roma. Indujo a Alejandro VII a pronunciar la excomunión del Parlamento de París que junto con la Sorbona había emprendido el combate contra la infabilidad pontifical. Tomó parte en los cónclaves de Clemente IX y Clemente X, consiguiendo algunos votos para él en 1676.
Murió en 1679 tras retirarse a su abadía de Saint-Denis. Luis XIV prohibió que se erigiera monumento alguno en su tumba.
Fue conocido por sus Memorias, escritas a partir de 1671 y publicadas en 1717. Retz relató de forma un tanto espiritual y romántica, su implicación en la Fronde.

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